TRASTORNO DE PROCESAMIENTO SENSORIAL

Muchos niños con problemas de aprendizaje, de conducta y/o coordinación motriz, sufren silenciosamente del trastorno de procesamiento sensorial (TPS). Este trastorno tiene una alta relación con otros trastornos como el TDAH, el autismo y los trastornos de ansiedad; pero pasa generalmente desapercibido, ya que todavía no está descrito en manuales de diagnóstico como el DSM.

¿Qué es el trastorno de procesamiento sensorial?

Este trastorno, también conocido como Disfunción de Integración Sensorial (DIS) fue descrito por primera vez por la terapeuta ocupacional, Dra. Janes Ayres. Y se caracteriza por una dificultad en la interpretación y organización de la información captada por los órganos sensoriales del cuerpo (gusto, vista, tacto, olfato).

El niño que padece de este trastorno, es un niño que tiene reacciones exageradas, no soporta cambios en su rutina diaria, tiene problemas de conducta, aprendizaje, es muy inquieto, se asusta fácilmente, tiene problemas de sueño, de autonomía, en su higiene y para hacer amigos.

Por lo general, los signos de un desarrollo sensorial inadecuado son mal interpretados.
Las evaluaciones de los terapeutas ocupacionales especializados en la integración sensorial revelan que muchos niños diagnosticados con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), autismo y trastornos de ansiedad, son hipersensibles al tacto. Un estudio de 2410 niños previamente diagnosticados con TPS o TDAH, encontró que el 60% de los niños padecía en realidad  ambos trastornos y  otro estudio sostiene que al menos 1 de cada 20 niños sufre de TPS.

Teoría de integración sensorial

Según la teoría de integración sensorial, se necesita de un buen desarrollo sensorio-motor para lograr un buen desarrollo perceptivo y cognitivo. Aunque esta teoría toma en consideración todos los sistemas sensoriales, se centra específicamente en 3: sistema táctil, sistema propioceptivo y el sistema vestibular.

 

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Sistema táctil

Por ejemplo, un niño que es hipersensible al tacto tendrá, a menudo, reacciones negativas ante el toque inofensivo de un compañero que lo roza sin querer, o ante los efusivos gestos de amor de sus familiares. Se dirá que el niño es un antipático, arisco o agresivo. Pero la verdadera causa de este comportamiento se debe a su hipersensibilidad.

También se dan comúnmente los casos en que los niños son hipo-responsivos al estímulo propioceptivo, quienes demuestran poca fluidez en sus movimientos, debido a la escasa percepción que tienen sobre su propio cuerpo, la posición de este, la velocidad y la dirección del movimiento y la percepción de la fuerza generada por los músculos.

Sistema propioceptivo

El niño con dificultades en el procesamiento de las sensaciones propioceptivas mostrará poca fluidez en sus movimientos, debido a la escasa percepción que tiene sobre su propio cuerpo. Es probable que utilice fuerza desproporcionada a ciertos objetos. Tardará mucho en aprender a vestirse y a comer solo. También tardará en aprender habilidades motoras no programadas, como andar en bicicleta,  nadar o jugar al fútbol.

Sistema Vestibular

Algunos niños son especialmente sensibles al estímulo vestibular y reaccionan de una forma exagerada al movimiento y a cualquier desplazamiento de su eje corporal fuera de su verticalidad. Son excesivamente cautos y se caracterizan por su falta de exploración del ambiente. Pueden mostrar un auténtico pavor a los juegos típicos de parque como los toboganes y columpios, por lo general prefieren juegos tranquilos y sedentarios, y se mantendrán al margen de todos los juegos gratificantes como saltar, trepar, correr, etc. Además sus relaciones sociales pueden verse afectadas debido a su estado de tensión.

Fuente: http://psyciencia.com

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