¿VE MI HIJO BIEN LOS COLORES? ¿ES DALTONICO?

Paula M

, Optometría

Una daltónico es aquella persona que posee una alteración de origen genético en la capacidad de distinguir los colores.

No hay que inquietarse si, cuando un niño comienza a contaros lo que ve, dice los colores mal y al rojo lo llama verde o amarillo.

El nombre de un color es un código, y puede precisar de cierto tiempo para comprender que lo que él percibe como de tal color se llama por ejemplo “verde” y no “rojo” o “amarillo”. Así, cuando aprende a hablar, puede muy bien ser sensible a las distintas longitudes de onda que componen el espectro de los colores y equivocarse en la forma de “decir los colores”.
En cambio, si se observa que sus errores persisten demasiado tiempo o que no parece reaccionar o ser sensible a tal o cuál color, hay motivos para someterlo a las pruebas oportunas.
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Los problemas pueden ser de dos órdenes principalmente: puede haber una insuficiencia a nivel de las estructuras retinianas, por ejemplo, falta uno o dos de los tres tipos de células receptoras especializadas. Entonces hay daltonismo, que se calificará en función de la carencia (rojo, verde, azul…). Esta ceguera a uno o varios colores es hereditaria. Afecta más al hombre (8% de la población masculina) que a la mujer (0.004%), aunque sea ella la portadora de este defecto genético.
Pero, con frecuencia, se emplea la palabra daltonismo sin razón.
El niño puede ser sensible a todos los colores (no es pues daltónico) y tener dificultades para reconocerlos separadamente cuando están asociados entre ellos. Este comportamiento es típico de un problema de utilización, de una mala comparación entre las percepciones cromáticas, a pesar de tener sensibilidad a los colores. Se puede hablar de una discromía o disfunción de la percepción de los colores: como una mala lectura o mala percepción de los conjuntos coloreados. El niño dicrómico pierde la capacidad de reconocer uno o varios colores, si éstos están rodeados o asociados a otros.
Se trata de un problema idéntico al de la lectura en un niño disléxico. Cuando las letras están individualizadas las reconoce. Por el contrario, cuando están “mezcladas” en una palabra, comienza a confundirlas.
La discromía puede mejorarse con la educación visual, con la riqueza de percepciones, de manipulaciones de objetos de tamaños, formas y colores diferentes y sus asociaciones.
El daltonismo no es recuperable porque se debe a una insuficiencia estructural.

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