Al acudir a una revisión con el optometrista, la gran parte de los padres de niños con bajo rendimiento académico, tienen la esperanza de que la solución sea poner unas gafas. Pero en la mayoría de los casos, las dificultades no se deben a que el niño “no vea bien”, si no que la causa suele ser una disminuida habilidad para procesar la información visual, o lo que es lo mismo, dificultad en comprender e interpretar lo que ven a través de sus ojos.

La percepción visual de las imágenes, es un proceso complejo que ocurre en el cerebro. Así pues, en el examen visual no sólo se valora la entrada de la información, sino que también se chequean todas esas habilidades perceptivas involucradas en el procesamiento y la ejecución adecuada de la información que reciben nuestros ojos.

La causa de muchas de las dificultades de aprendizaje de los niños se debe generalmente a que tienen problemas para procesar o ejecutar correctamente la información por déficits en el procesamiento perceptual.

Las primeras etapas en la vida del niño son vitales para adquirir herramientas imprescindibles para el procesamiento de la información, el desarrollo psicomotor y el desarrollo de la percepción dependerá de los estímulos que reciba. De ahí la importancia de permitir al niño libertad de movimiento y mayor facilidad de desplazamiento que le permitan explorar y conocer su entorno.

Sin embargo, todos los niños pueden mejorar sea cual sea su experiencia, entorno social o infancia.

¿Qué es el Procesamiento de la Información Visual?

Este término se refiere a la capacidad que tiene el cerebro para reconocer, discriminar, comprender, interpretar y asociar o integrar lo que los ojos ven.

De manera que son niños que no presentan problemas de cantidad de visión o agudeza visual, tampoco tienen problemas de coordinación de los ojos o estrabismo, o un enfoque impreciso. Más bien, se trata de niños que se enfrentan con dificultades para percibir, interpretar, comprender y ejecutar simultáneamente lo que ven.

Son niños con dificultades para reconocer y discriminar sutiles diferencias de los sonidos, formas, figuras, letras o números, en ordenar y retener esas formas en la memoria por períodos cortos y largos, en distinguir la relación entre una figura y el fondo, en reconocer las relaciones espaciales y temporales y en integrar la información proveniente de los sentidos para relacionar lo percibido con funciones motoras específicas.

Sabemos que el sentido de la visión es el sentido predominante, es decir, que la mayor cantidad de información que procesa el cerebro ingresa por la vía visual. Esto se debe al mayor poder del recuerdo de imágenes que al recuerdo del sentido táctil o auditivo. Sin embargo, para que la visión alcance el nivel de dominancia, debe preceder un adecuado desarrollo jerárquico de los demás sentidos.

Los ojos no funcionan por separado, los ojos son órganos de recepción de estímulos visuales y vemos a través de ellos, pero únicamente se obtiene coherencia y sentido de lo que vemos cuando se integra con el resto de los sistemas sensoriales. A esto se denomina “visión”, la visión es un proceso sensoriomotor y nos da la capacidad para procesar la información del entorno.